05-20-2019, 10:36 PM
----- SPOILERS -----
Antes que nada, me disculpo por la extensión del mensaje, pero creo que la ocasión no merece menos.
SOBRE EL ALTER EGO Y LOS ANTAGONISTAS
Desde el principio de la lectura, se ha mostrado al protagonista como alguien en contra de cómo está montado el sistema en la actualidad. Una persona asqueada por la mayoría de los aspectos que rigen el mundo, y ha visto en el apocalipsis una oportunidad de empezar de nuevo, de construir algo mejor. Solo que él, a diferencia de nuestro villano Jonás, no se ha proclamado salvador de nada ni de nadie, sino que simplemente actúa. Predica con el ejemplo. Es por eso que es capaz de liderar grupos (aunque hasta ahora sean pequeños), sin necesidad de usar la intimidación, la fuerza o el chantaje, ya sea emocional o material; sino que usa la convicción. Su propia convicción en sí mismo, y no en una entidad "superior" que prometa traer una nueva Era para la humanidad, tal y como cree el sacerdote. Esa es la principal diferencia entre el protagonista y el villano. Como dijo una vez Unamuno, "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis...".
Puede que mi personaje (que se llama Osmio, como buen químico que es), venza, porque cada noche que sueña con la voz que le incita a rendirse, se niega. Porque a la voz le falta razón. Para vencer, hay que convencer. Y cada día que vive como ser humano, es un día más que ha vencido, pues cree más en sí mismo que en una voz que promete la trascendencia. Al menos por ahora. Ya veremos si, en el futuro y cuando se desvelen más cosas, existen razones suficientes para trascender. Y esto de la convicción (cosa importante) me lleva al siguiente punto.
SOBRE LA TRASCENDENCIA
Las personas no "trascienden" al ser heridas por un infectado, como suele ser costumbre en el género de zombis, sino que hay ciertas noches en las que las personas sueñan con alguien que les incita a rendirse. Con alguien que les empuja a dejar de resistirse. Entonces es cuando, al día siguiente, aquellos que supuestamente se rindieron durante su estado de sueño, se transforman.
A donde voy es que, hay un claro componente de doblegar la voluntad ajena. Si te rindes, dejas de ser tú. Te conviertes y trasciendes. Y cuando llegas a ese estado, ya no decides por ti (supongo que los infectados han perdido la voluntad de decisión, y sólo se guían por impulsos, limitándose a perseguir a los no trascendidos para comérselos o... dios sabe qué).
Creo que la voluntad es la clave. Los trascendidos se comportan como "animales". Se mueven por impulsos. Y creo mucho en esta teoría por lo sucedido en la base aérea cuando, mi querida Iridia, recuperó sus recuerdos por un momento y, con ellos, también recobró su voluntad y capacidad de decisión, y optó por no comerme vivo. Los trascendidos se mueven, corren, existen... pero parecen no tener una razón para ello. El ser humano es el único animal capaz de engañarse a sí mismo. Capaz de convencerse y de ser convencido de cualquier cosa. Tal vez, el estado superior en la humanidad tenga que ver con superar ese defecto de auto-engaño, de ahí que Jonás entienda por evolución, lo que muchos de nosotros vemos en apariencia como una involución a estados más primarios del ser. Ante lo cual cabría preguntarse, si realmente el ser humano ha evolucionado con respecto al resto de animales.
PD: Baldren, no creo que a ningún lector le moleste que hablen de un comentario que hizo, sobre todo si el mismísimo autor lo ha tenido tan en cuenta. Todo lo más al contrario.
Antes que nada, me disculpo por la extensión del mensaje, pero creo que la ocasión no merece menos.
SOBRE EL ALTER EGO Y LOS ANTAGONISTAS
Desde el principio de la lectura, se ha mostrado al protagonista como alguien en contra de cómo está montado el sistema en la actualidad. Una persona asqueada por la mayoría de los aspectos que rigen el mundo, y ha visto en el apocalipsis una oportunidad de empezar de nuevo, de construir algo mejor. Solo que él, a diferencia de nuestro villano Jonás, no se ha proclamado salvador de nada ni de nadie, sino que simplemente actúa. Predica con el ejemplo. Es por eso que es capaz de liderar grupos (aunque hasta ahora sean pequeños), sin necesidad de usar la intimidación, la fuerza o el chantaje, ya sea emocional o material; sino que usa la convicción. Su propia convicción en sí mismo, y no en una entidad "superior" que prometa traer una nueva Era para la humanidad, tal y como cree el sacerdote. Esa es la principal diferencia entre el protagonista y el villano. Como dijo una vez Unamuno, "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis...".
Puede que mi personaje (que se llama Osmio, como buen químico que es), venza, porque cada noche que sueña con la voz que le incita a rendirse, se niega. Porque a la voz le falta razón. Para vencer, hay que convencer. Y cada día que vive como ser humano, es un día más que ha vencido, pues cree más en sí mismo que en una voz que promete la trascendencia. Al menos por ahora. Ya veremos si, en el futuro y cuando se desvelen más cosas, existen razones suficientes para trascender. Y esto de la convicción (cosa importante) me lleva al siguiente punto.
SOBRE LA TRASCENDENCIA
Las personas no "trascienden" al ser heridas por un infectado, como suele ser costumbre en el género de zombis, sino que hay ciertas noches en las que las personas sueñan con alguien que les incita a rendirse. Con alguien que les empuja a dejar de resistirse. Entonces es cuando, al día siguiente, aquellos que supuestamente se rindieron durante su estado de sueño, se transforman.
A donde voy es que, hay un claro componente de doblegar la voluntad ajena. Si te rindes, dejas de ser tú. Te conviertes y trasciendes. Y cuando llegas a ese estado, ya no decides por ti (supongo que los infectados han perdido la voluntad de decisión, y sólo se guían por impulsos, limitándose a perseguir a los no trascendidos para comérselos o... dios sabe qué).
Creo que la voluntad es la clave. Los trascendidos se comportan como "animales". Se mueven por impulsos. Y creo mucho en esta teoría por lo sucedido en la base aérea cuando, mi querida Iridia, recuperó sus recuerdos por un momento y, con ellos, también recobró su voluntad y capacidad de decisión, y optó por no comerme vivo. Los trascendidos se mueven, corren, existen... pero parecen no tener una razón para ello. El ser humano es el único animal capaz de engañarse a sí mismo. Capaz de convencerse y de ser convencido de cualquier cosa. Tal vez, el estado superior en la humanidad tenga que ver con superar ese defecto de auto-engaño, de ahí que Jonás entienda por evolución, lo que muchos de nosotros vemos en apariencia como una involución a estados más primarios del ser. Ante lo cual cabría preguntarse, si realmente el ser humano ha evolucionado con respecto al resto de animales.
PD: Baldren, no creo que a ningún lector le moleste que hablen de un comentario que hizo, sobre todo si el mismísimo autor lo ha tenido tan en cuenta. Todo lo más al contrario.