07-19-2020, 05:48 AM
Creo que se está tomando este asunto de manera sesgada. Expondré una serie de puntos que podrían ser aclaratorios, al igual que refutables, siempre y cuando atendamos al sentido común. Como siempre busco hacer críticas constructivas, también añadiré una posible solución al final:
1. En las historias, el lector ve el mundo a través de los ojos de un alter ego (un "otro yo", un personaje). Es decir, estás adoptando un rol, con todo lo que ello conlleva.
2. La opción de "masculino" y "femenino" en la creación de personaje no es más que la adición de la flexión -o / flexión -a (respectivamente) en lo referente a cómo en la narración se hará referencia a dicho personaje, que no al lector. Recordemos que esto es literatura y toma de roles, donde entra en juego la capacidad de empatizar con "alguien" que en esencia no eres tú.
3. En el idioma español, la declinación -o se usa para el género no marcado (esto obviamente incluye lo no binario). Por lo que añadir una opción más en la creación de personaje a este respecto incurriría en una redundancia.
Consecuencias
Si se implantara esta redundancia durante la creación de personaje, ello podría ocasionar un caos total en las historias ya publicadas, pues si un lector decidiese recurrir a un tipo de flexión para su alter ego que no figuraba en las opciones iniciales, descubriría en la historia que, las palabras que harían referencia a él o ella (o al género no marcado y género marcado, respectivamente) no tendrían ningún tipo de terminación, siendo así que los autores tendríamos que revisar todas y cada una de las palabras de las páginas hasta el momento publicadas para, en última instancia, añadir una flexión más donde hiciera falta (y ya no digo de cómo podría afectar al relato en lo referente a la trama...)
Solución
Tal y como comentó el compañero Eneas anteriormente, si algún autor o autora quisiera meter en sus historias a un personaje no binario de una manera tan explícita y redundante, sería libre de hacerlo recurriendo a la cantidad de herramientas que la plataforma ofrece (como en las opciones de cambio de profesión).
Ahora bien, desde mi punto de vista, creo que sería más sencillo si nos concienciásemos más sobre los entresijos del lenguaje (como su tendencia a las simplificaciones), en vez de inventarnos nuevas reglas gramaticales que lo complican todo.
1. En las historias, el lector ve el mundo a través de los ojos de un alter ego (un "otro yo", un personaje). Es decir, estás adoptando un rol, con todo lo que ello conlleva.
2. La opción de "masculino" y "femenino" en la creación de personaje no es más que la adición de la flexión -o / flexión -a (respectivamente) en lo referente a cómo en la narración se hará referencia a dicho personaje, que no al lector. Recordemos que esto es literatura y toma de roles, donde entra en juego la capacidad de empatizar con "alguien" que en esencia no eres tú.
3. En el idioma español, la declinación -o se usa para el género no marcado (esto obviamente incluye lo no binario). Por lo que añadir una opción más en la creación de personaje a este respecto incurriría en una redundancia.
Consecuencias
Si se implantara esta redundancia durante la creación de personaje, ello podría ocasionar un caos total en las historias ya publicadas, pues si un lector decidiese recurrir a un tipo de flexión para su alter ego que no figuraba en las opciones iniciales, descubriría en la historia que, las palabras que harían referencia a él o ella (o al género no marcado y género marcado, respectivamente) no tendrían ningún tipo de terminación, siendo así que los autores tendríamos que revisar todas y cada una de las palabras de las páginas hasta el momento publicadas para, en última instancia, añadir una flexión más donde hiciera falta (y ya no digo de cómo podría afectar al relato en lo referente a la trama...)
Solución
Tal y como comentó el compañero Eneas anteriormente, si algún autor o autora quisiera meter en sus historias a un personaje no binario de una manera tan explícita y redundante, sería libre de hacerlo recurriendo a la cantidad de herramientas que la plataforma ofrece (como en las opciones de cambio de profesión).
Ahora bien, desde mi punto de vista, creo que sería más sencillo si nos concienciásemos más sobre los entresijos del lenguaje (como su tendencia a las simplificaciones), en vez de inventarnos nuevas reglas gramaticales que lo complican todo.